Crítica de Mónica Berman del 1/9/2010, aparecida en el site criticateatral.com


Materiales de riesgo


"Xilodrama", obra con autoría de Pablo del Valle, dirigido por Gabriel Von Fernández


La propuesta es absolutamente particular. Por motivos múltiples. Una, la temática. Los “pibes chorros” como se los denomina de manera simplificadora y económica, no son objeto de representación habitual en el teatro. 

El que narra es Pastilla, el que manipula las herramientas y deviene voz de cada uno de los personajes. Lo que narra es la historia de Kuki, un habitante desangelado de los monoblocks que se dedica a delinquir y que ya está muerto cuando "Xilodrama" se inicia. Muerto y “santificado”, con altar y todo. Cada día muere mejor, nos dice Pastilla. ¿Y qué es lo que eso significa? Que su muerte, cada día que pasa, se constituye en un poquito más “heroica”: más balazos, mayores enfrentamientos, más policías-enemigos. 

Pero Pastilla es el que manipula de manera múltiple, por un lado es el que cuenta la historia pero además es el que manipula los objetos en escena y el que arma y desarma pequeñas escenografías para el relato, el que enciende y apaga ciertas luces, el que produce las sombras. El que aparece, en fin, como posible responsable, en tanto carpintero, de la construcción de las figuras que maneja. 

Es evidente que los objetos elegidos para contar lo que se cuenta no pueden ser más adecuados. La materialidad se pone, reveladora, por encima. En primer lugar, la materia es sólida, del orden de la dureza, porque se trabaja de hecho con herramientas reconocibles (reales) pero a la vez, los protagonistas-objetos son relativamente antropomórficos, la cabeza de Mary es el indicio más firme, su cuerpo se percibe oscuro y flexible. Kuki en cambio es una construcción extraña, que deviene persona a partir de los movimientos y del asumir una voz. Puede observarse que no es fácil de manejar y este signo se multiplica de manera fantástica. Parte de su cuerpo, corta, lastima, es peligroso de tocar o tal vez, mejor aún, hay que saber cómo tratarlo para neutralizar el riesgo. 

Falta un motivo más pero ese no se cuenta... porque es una revelación final que no debe saberse. Y que, sin duda, aporta un elemento fantástico a un trabajo sumamente interesante.

Mónica Berman. Crítica Teatral

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